¿Alguna vez has puesto a alguien entre la espada y la pared? Pues yo si y gané lo que pretendía, porque apostaba a muerte, todo o nada, pues, lo gané todo. Pero ahora cambia la persona que está ahí, esta vez quien está ahí soy yo, si antes tenía la seguridad y valentía de luchar, ahora al estar en la otra cara de la moneda tengo la cobardía y miedo pero sobretodo tengo dudas, muchas, infinitas... Dos caminos y sólo puedo elegir uno. Los pros y los contras, las típicas preguntas de si saldrá bien o de si me equivocaré, poner todo en la balanza y no saber cuál vence. Es una lucha entre el corazón y la razón pero, esta vez ni ellos se aclaran. ¿Solución? Vivir, sentir, si... creo que tendré que aguantar un tiempo entre la espada y la pared hasta que mi vida, elija su rumbo. Aunque no sé si tendré paciencia, eso es lo que más dudo... Socorro.
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